En uno de mis recientes viajes a Barcelona tuve oportunidad de jugar con Fran y Aidi a este curioso juego: el Dalapapa.
Su autor, el francés François Haffner, es un personaje destacado dentro del mundillo de los juegos de mesa en el país vecino. Aparte de diseñar juegos, Haffner es conocido por su página JeuxSoc, toda una referencia en lengua francesa para cualquier aficionado a los juegos de mesa.
Dalapapa es un juego abstracto, para 2 a 4 jugadores, con reglas sencillas y una duración de unos 30 minutos, aunque puede variar según el número de puntos a alcanzar por el vencedor, que es acordado por los jugadores.
Su autor, el francés François Haffner, es un personaje destacado dentro del mundillo de los juegos de mesa en el país vecino. Aparte de diseñar juegos, Haffner es conocido por su página JeuxSoc, toda una referencia en lengua francesa para cualquier aficionado a los juegos de mesa.
Dalapapa es un juego abstracto, para 2 a 4 jugadores, con reglas sencillas y una duración de unos 30 minutos, aunque puede variar según el número de puntos a alcanzar por el vencedor, que es acordado por los jugadores.
Dentro de la caja encontraremos una bolsa de tela, 120 fichas de madera (dalapapas) y manual de instrucciones en español, inglés, francés, alemán, italiano y holandés. Las instrucciones en estos idiomas, además del catalán, pueden ser descargadas desde aquí. Las dalapapas son fichas con un círculo de un color en su interior, y seis semicírculos en los bordes. Tienen, además, dos caras completamente diferentes.
Las reglas de colocación son sencillas. Cuando se coloque una ficha, los semicírculos de colores que toquen otras piezas deben coincidir en color. Es decir, si sólo un semicírculo contacta con otras piezas puestas anteriormente, debe ser del mismo color. Y si son varios semicírculos los que contactan, han de coincidir todos, de manera que se formen círculos uniformes.
Las reglas de colocación son sencillas. Cuando se coloque una ficha, los semicírculos de colores que toquen otras piezas deben coincidir en color. Es decir, si sólo un semicírculo contacta con otras piezas puestas anteriormente, debe ser del mismo color. Y si son varios semicírculos los que contactan, han de coincidir todos, de manera que se formen círculos uniformes.
Cuando se coloca una pieza, se cuentan los puntos conseguidos. Se pueden conseguir puntos por completar círculos, o por grupos de círculos:
- Círculos: Por cada círculo que se complete al poner una ficha, el jugador obtiene un punto. Si se completan tres o más, los círculos a partir del tercero valen dos puntos.
- Grupos de círculos: Si al colocar la pieza se cierra un grupo de círculos del mismo color que se tocan diagonalmente entre si, el jugador se anota tantos puntos como círculos haya en el grupo.
Se suman los puntos conseguidos al colocar la ficha por círculos y por grupos de círculos, y se anotan al jugador que ha realizado la jugada.
El desarrollo del juego es muy sencillo. Al principio de la partida se colocan los dalapapas en la bolsa y cada jugador toma una ficha. Comenzando por el jugador inicial, se colocan las fichas en la mesa, siguiendo las reglas, para establecer el tablero inicial. En esta ronda no se ganan puntos.
A continuación, cada jugador toma dos fichas. El jugador en posesión del turno ha de colocar una de sus fichas, según las reglas. Luego, si quiere, puede colocar la segunda ficha, pero pagando una penalización de cuatro puntos. Cuando haya colocado la(s) ficha(s), se anota los puntos conseguidos, roba fichas de la bolsa hasta completar dos en la mano y concluye su turno.
El juego termina cuando un jugador alcanza la puntuación que se haya establecido como tope al principio de la partida (entre 60 y 240 puntos). Se concluye la ronda, de manera que todos jueguen el mismo número de turnos, y el que más puntos haya conseguido, gana.
Como véis, el juego es sencillo, y no carece de atractivo visual. A pesar de que soy daltónico, no me costó distinguir los colores. Tampoco soy amante de los abstractos, y sin embargo el juego me pareció sencillo y comprensible. No aburre, y es un buen ejercicio para las neuronas, sin llegar a quemarlas. Como siempre, alguno habrá que caiga en "análisis parálisis", pero no es lo habitual. Sueles disponer de varias buenas opciones para puntuar.
A continuación, cada jugador toma dos fichas. El jugador en posesión del turno ha de colocar una de sus fichas, según las reglas. Luego, si quiere, puede colocar la segunda ficha, pero pagando una penalización de cuatro puntos. Cuando haya colocado la(s) ficha(s), se anota los puntos conseguidos, roba fichas de la bolsa hasta completar dos en la mano y concluye su turno.
El juego termina cuando un jugador alcanza la puntuación que se haya establecido como tope al principio de la partida (entre 60 y 240 puntos). Se concluye la ronda, de manera que todos jueguen el mismo número de turnos, y el que más puntos haya conseguido, gana.
Como véis, el juego es sencillo, y no carece de atractivo visual. A pesar de que soy daltónico, no me costó distinguir los colores. Tampoco soy amante de los abstractos, y sin embargo el juego me pareció sencillo y comprensible. No aburre, y es un buen ejercicio para las neuronas, sin llegar a quemarlas. Como siempre, alguno habrá que caiga en "análisis parálisis", pero no es lo habitual. Sueles disponer de varias buenas opciones para puntuar.
1 comentario:
Pues parece el genial con fichas cuadradas.... no es muy sorpendente.
Un saludo
ACV
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