Recientemente, Vicente Moreira, de la editorial portuguesa Morapiaf, ha tenido el detalle de enviarme una copia del juego Lobo, que editan para España y Portugal, en edición bilingüe.
El juego se editó por primera vez en el 2002 en Francia con el nombre de "La Guerre des Moutons", y posteriormente ha tenido otras ediciones en varios países e idiomas. El juego fue galardonado con el premio Jeu de l’année en Francia. Su autor es Philippe des Pallières, del cual se ha editado en España su versión del tradicional Werewolf, bajo el nombre de "Los Hombres Lobo de Castronegro".
Pero vamos al juego en si.
En Lobo, los jugadores toman el papel de pastores que tratan de reunir el mayor rebaño posible de su color, mientras impiden que el resto de pastores reúnan un rebaño mayor. Por si fuera poco, hay que tener cuidado con los lobos que acechan en los bosques cercanos para zamparse nuestras ovejas. Para evitarlo, podemos situar en esos bosques unos cazadores que disuadan al lobo de su plan.
Componentes
El juego viene en una caja de tamaño bastante comedido, lo cual agradecerán aquellos que anden escasos de espacio. En la caja vienen incluidas 77 baldosas, una bolsa de tela, y el folleto de reglas bilingüe español-portugués.
Los materiales dan buena impresión nada más verlos. La bolsa es de tela bastante gruesa y opaca, y las baldosas (de doble cara) tienen un grosor adecuado y buena calidad. Son lisas y satinadas, pero no lo suficiente como para provocar muchos reflejos. Los componentes, en general, están bastante bien.
El Juego
Lobo es un juego para dos a cuatro jugadores, de dificultad baja, con una duración estimada de unos 30 minutos.
Al principio de cada partida, se entrega a cada jugador una baldosa de pastor con el color que le corresponde. Esta baldosa, tras examinarla, ha de ponerse boca abajo, de manera que sólo conozcamos cuál es nuestro color, pero no los colores de los rivales. La baldosa de pastor contiene, además del pastor, cuatro ovejas de tu color. Más adelante veremos que esta baldosa puede tener un uso.
A continuación, cada jugador coge cuatro baldosas de la bolsa, que han de permanecer ocultas en su mano, y se coloca en el centro de la mesa la baldosa inicial, que representa el centro de la aldea. Se escoge un jugador inicial, que comienza su turno.
Durante su turno un jugador debe, en primer lugar, colocar una baldosa en la mesa. Para ello, la nueva baldosa debe situarse ortogonalmente a una o varias de las baldosas ya colocadas. Además, los lados que toquen con otras baldosas deben ser del mismo tipo. Es decir, un lateral de aldea debe colocarse junto a otro lateral de aldea. Un lateral con un prado de ovejas rojas debe tocar otro lateral con ovejas rojas, etc. Especial atención a esto. No se pueden mezclar ovejas de varios colores dentro de un mismo cercado.
Cuando el jugador haya colocado la baldosa, roba de la bolsa tantas baldosas como contactos haya hecho con la baldosa que ha colocado. Es decir, si la baldosa colocada toca a otras dos baldosas, el jugador robará dos baldosas nuevas. A continuación, es el turno del siguiente jugador.
En cualquier momento de la partida, aunque no sea su turno, un jugador puede colocar su baldosa de pastor en la mesa, siguiendo las reglas de colocación. Al hacer esto, revela su color, pero obtiene varios beneficios. Después de colocar la baldosa de pastor, roba las fichas correspondientes de la bolsa. A continuación, realiza un turno extra, volviendo a robar después. Tras esto, el juego continúa donde quedó antes de la interrupción. Así pues, a costa de revelar nuestro color, obtenemos una suculenta baldosa con cuatro ovejas de nuestro color, más un turno extra.
El objetivo del juego es conseguir el mayor prado cerrado con ovejas de tu propio color. Por cada oveja, ganas un punto. Pero no solo ganas puntos por las ovejas. También puedes ganar puntos retirándote. En cualquier momento puedes decidir retirarte de la partida. El primer jugador en retirarse gana 6 puntos, el siguiente 3 puntos y el tercero 1 punto. Una vez que te retiras, dejas de colocar baldosas, y solo puedes esperar a que termine la partida. Sin duda, un riesgo que hay que saber medir.
Hasta ahora, el desarrollo del juego puede sonar un poco a la construcción de ciudades en el Carcassonne. Efectivamente, es parecido. Puedes dedicarte a agrandar a tu prado, o a perjudicar al resto de jugadores cerrándoles sus prados cuando aún son pequeños, o intentando abrírselo de manera que le resulte difícil cerrarlo. Pero hay otro factor a tener en cuenta: los lobos, que dan nombre al juego.
Uno de los tipos de terreno que hay en el juego (además de la aldea y los prados de los distintos colores) es el bosque. Un bosque actúa como una valla. Es decir, contribuye a cerrar nuestro cercado. Pero en los bosques pueden morar temibles lobos que se coman nuestras ovejas. Las fichas de lobo se colocan adyacentes a cualquier baldosa con bosque. En el momento en que haya un lobo en el bosque, cualquier prado adyacente vale cero puntos, puesto que nuestras ovejas no están seguras ante la presencia de los lobos. Hay dos maneras de evitar que un lobo se coma nuestras ovejas: la primera es colocar una baldosa de cazador encima de una baldosa de lobo. En ese momento, el lobo queda inutilizado. Otra manera es colocar un cazador en un bosque de manera preventiva. Si hay cazador, en ese bosque no puede colocarse ningún lobo.
Uno de los puntos importantes del juego es que al principio no se sabe a qué color juega cada uno, con el consiguiente bluff que ello aporta, aunque la duda se suele resolver rápido.
Como veis, la mecánica de juego es sencilla. Para comprobar que realmente era así, además de haber jugado algunas partidas, les puse el juego delante a cuatro amigos no tan jugones como yo, sin explicarles las reglas ni nada. Ellos tenían que leerlas y echar una partida. Tras una pequeña confusión inicial con la colocación de ovejas (estaban colocando ovejas de distinto color juntas), la partida transcurrió con normalidad, y se divirtieron bastante. Los jugadores echaron en falta una pantalla o similar, para poder guardar las baldosas y poder examinar varias de un golpe, en lugar de tenerlo todo en la mano.
Aspectos positivos
Un juego de mecánica sencilla, duración corta, componentes de buena calidad y una caja con el espacio justo para albergar sus componentes.
Aspectos negativos
No se pueden decir muchas cosas malas del juego. Quizá se echen en falta unas pantallas o soportes para poder mantener ocultas todas las baldosas y examinarlas de un vistazo. Se puede hacer un poco incómodo tener tantas baldosas en la mano.
En resumen, un juego fácil de explicar, adecuado para todas las edades, especialmente recomendado para entornos "no jugones".
Muchas gracias a Vicente por haberme enviado este bonito juego.
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